Historia y posicionamiento

El TattooCircus nació en 2007 en Roma con la colaboración de varios espacios okupados que trabajaban temas anticarcelarios.

Pensaron que sería interesante unir a personas que tatuaran, anillaran, tocaran música o hicieran circo para a través de estas actividades apoyar de alguna manera a las personas presas y a la vez apoyar la crítica radical a las prisiones y al sistema que las sustenta.

A lo largo de los años se ha repetido esta experiencia tanto en Italia como en otras ciudades europeas y latinoamericanas, llegando el primer TattooCircus a Madrid en el año 2012.

Existe una línea general común de trabajo en todas las ciudades (asamblearismo, horizontalidad, no remuneración), en las que convergen la modificación corporal, espectáculos, música, reflexión crítica y en donde todos los beneficios van destinados al apoyo a presxs, gastos judiciales y proyectos antirrepresivos.

La esencia del TattooCircus MadR.I.P. se basa en la lucha contra las cárceles y la represión desde una perspectiva anarquista y transversal, entendiendo la modificación corporal como una reivindicación de nuestro propio cuerpo para utilizarlo como arma frente a la pérdida de libertad. Aunque el punto de partida fue la lucha contra las cárceles como institución, desde hace unos años nos hemos estado replanteando el concepto de encierro en un sentido más amplio, que abarca más que las rejas y las limitaciones físicas y que puede estar en nuestros cuerpos, nuestras mentes, etc. De esta manera, entendemos que esta tiene que ser una lucha transversal que englobaría unos ejes en los que el sistema capitalista, racista y heteropatriarcal nos oprime y nos convierte en opresorxs de diversas formas, despojándonos de nuestra libertad dentro y fuera de las cárceles:

-Cuerpos
-Cárcel
-Especismo
-Salud Mental
-Drogas
-Infancia
-Racismo
-Insurreccionalismo

A partir de estos ejes le damos contenido político tanto a la TattooCafeta como al TattooCircus, visibilizando cómo el capitalismo nos crea esa sensación de miedo y vértigo y nos despoja hasta de la posibilidad de resolver nuestros propios conflictos creando un sistema punitivo estructural que abarca todos los aspectos de nuestra vida así como nuestra forma de relacionarnos.

Desde el TattooCircus de Madrid, dividimos el proyecto en dos actividades.

Por un lado, la TattooCafeta, que pueden ser varias durante el año, duran un día y lo recaudado se destina a financiar proyectos políticos horizontales, autogestionados y antiautoritarios.

Y por otro, el TattooCircus, que se desarrolla durante todo un fin de semana y lo recaudado se destina íntegramente a sufragar el apoyo a personas presas o en disidencia carcelaria y grupos de apoyo.

Ambas Jornadas contienen charlas, debates, talleres, exposiciones, teatros, conciertos, distribuidoras autogestionadas, espectáculos de circo y/o freak show, buzón e información para escribir a personas presas, que son las actividades que dan contenido político al Circus.

En salas aparte, durante la jornada hay puestos de tatuajes, piercing, peluquería y masajes, que cubren el objetivo económico del proyecto, además de las cenas y comidas (100% vegetarianos).

Nuestra intención es generar un espacio de debate, encuentro y reflexión, dentro del intercuidado. Por lo que no se admiten actitudes opresoras, tales como actitudes machistas, tránsfobas, homófobas, racistas, especistas, clasistas, autoritarias, capacitistas, gordófobas, putófobas, o cualquier otro tipo de violencia y opresión. Además, buscamos que el contenido nos ayude a cuestionar el lugar que habitamos, nuestros privilegios, opresiones y dinámicas normalizadas, cuidarnos en la incomodidad de relatos, información y dinámicas.

Dado que es un proyecto autogestionado, horizontal y antiautoritario, ninguna persona que participe, organice y/o colabore, obtiene lucro económico personal. El Circus tiene un carácter militante y de trabajo colectivo, donde ninguna de las actividades está por encima de otra.

Por último, damos especial importancia a la respuesta ante cualquier agresión y a la resolución de conflictos. Nuestras intención de cuestionarnos las cárceles parte también de cuestionarnos nuestras actitudes. Vemos que las cárceles y el encierro nutren y sustentan al sistema, entre otras cosas, a través de apoderarse de nuestros conflictos, despojándonos de agencia, haciéndonos creer que tanto el sistema como sus instituciones (incluida la policía) son imprescindibles y mostrando la cárcel como castigo ejemplarizante para aquellas que se salgan de las normas y desestabilicen el civismo. Por lo que, pensamos que para luchar contra las prisiones también tenemos que cuestionar cuales son nuestras estructuras mentales que las sustentan. Desde ahí, creemos, es primordial hacernos cargo de los conflictos entre el grupo, recuperar esa agencia, construir herramientas conjuntamente y salir de la lógica del castigo como recurso inevitable y necesario. Pensamos que cuestionar y deconstruir aquellas estructuras interiorizadas que sustentan la prisión nos facilita podernos imaginar un mundo sin prisiones, como paso imprescindible para acabar con ellas.

¡Abajo los muros de las prisiones (internas y externas)!